El Arte de Resucitar Fotografías
En
su calidad de objetos en el mundo, las fotografías son propensas a varios
destinos. Algunas son resguardadas en bóvedas con humedad y temperatura
controlada, cuidadas de todo agente externo que las pueda dañar, tratadas religiosamente
cual reliquias con un aura mágica. Otras, la gran mayoría, caen en desuso
rápidamente: son olvidadas, perdidas, o destruidas. Terminan en hogares o
instituciones, habitando inertes rincones escondidos, álbumes, cajas o discos
duros.
Charles
Mereweather comenta que "una de las características que definen a la era
moderna es la creciente importancia que se le ha dado a la figura del archivo
como medio a través del cual se acumulan, resguardan y recuperan el
conocimiento histórico y las formas de remembranza."[1]
El arte de archivo surge de la incesante producción y acumulación de imágenes
en el mundo. Esta práctica contemporánea utiliza imágenes dentro de archivos institucionales,
familiares o personales para su recontextualización y reinserción al mundo. Las
motivaciones de este género suelen ser el dar visibilidad a documentos
olvidados o ignorados, cuestionar la autoridad que el concepto de archivo
representa, o simplemente desarrollar narrativas o trabajo plástico a través de
imágenes que ya existían en el mundo. En un nivel personal, el acto de
resguardar y coleccionar imágenes suele ser un acto nostálgico, instintivo, y
en muchas ocasiones arbitrario. El coleccionar muestra nuestros apegos y
obsesiones alrededor de las fotografías.
En
un ejercicio con un alto grado de arbitrariedad, los que aquí participamos desenterramos
y reanimamos imágenes que estaban en desuso dentro de archivos personales y
familiares con estas motivaciones en mente. Este experimento sacó de su letargo
a las imágenes fotográficas aquí presentadas, dándoles una visibilidad que no
habían disfrutado en años. Las obras resultantes abarcan desde lo testimonial y documental, hasta lo ficticio
o lo meramente plástico. Aunque en su momento no fueron tomadas con la intención
de ser arte, estas imágenes sirven ahora para crear nuevas narrativas. En estos
nuevos objetos creativos podemos ver como en esta época, caracterizada por la
sobrepoblación de imágenes, tal vez ya no necesitamos activar el obturador para
comunicar una idea fotográficamente. Hoy en día, es muy probable que la imagen
que necesitamos, visualizamos o deseamos crear para expresarnos tal vez se
encuentra en algún cajón, un disco duro o en la red, esperando paciente y
silenciosamente a que la encontremos y resucitemos.
Manuel Márquez
México,
DF. Enero del 2013.
[1] Mereweather, Charles, ed. The Archive: Documents in Contemporary Art.
(Cambridge:MIT Press, 2009), 10.